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domingo, 27 de febrero de 2011

BASILEA III - REUNIÓN DE LOS PAÍSES DEL G-20

BASILEA III

En las noticias de los últimos meses, nos informan acerca de las reuniones que mantienen los Gobernadores de los Bancos Centrales, y los líderes del G.20 ¿Qué finalidad tienen estas reuniones? ¿Cómo nos afectan estos acuerdos?

¿Qué es Basilea III?

            El pasado noviembre se reunieron los Líderes del G.20, y los gobernadores de los Bancos Centrales, para acordar las medidas que refuercen la posición económica de los Bancos. Es necesario llegar a un acuerdo que refuerce las reservas monetarias de los Bancos, fijar un “capital de calidad”, que garantice la solvencia de los bancos sin necesidad de la intervención  estatal.

            Según los acuerdos tomados en la última reunión, las reservas básicas de capital de un banco, deben estar calculadas en proporción al riesgo de los activos que figuran en sus cuentas. y establece la existencia de un  capital estructural fijado en un 6%, un colchón de conservación  que debe ser de un 2,5% y un colchón de capital  que debe mantenerse entre el 0 y el 2,5% en acciones comunes y otro capital capaz de absorber pérdidas. Establece además un ratio de apalancamiento, es decir, un límite a la capacidad de endeudamiento del sector bancario mundial, según este ratio no puede exceder en 33 veces el capital estructural.

            Estos cambios en materia económica se llevarán a cabo de manera paulatina, empezando en el 2013, y alcanzando plena vigencia en enero de 2015, en algunos puntos, como el capital estructural, pero hasta el 2019, no se finalizará en todos sus puntos.

PARA FACILITAR LA COMPRENSION DE LOS ACUERDOS TOMADOS EN ESTA REUNIÓN ES ACONSEJABLE VER EL SIGUIENTE VIDEO


¿Cómo afecta a los ciudadanos estos acuerdos?
           
Los bancos y cajas de los países emergentes sucumbieron a la fiebre que da la ambición, del crédito. Los ciudadanos financiaron todo aquello que deseaban tener, acumulaban tarjetas que hipotecaban su situación económica, pero todos nos olvidamos de que para acometer riesgos, es necesario tener capacidad para asumirlos. Algo tan evidente para los ciudadanos, parece que se olvidó por parte de los países más desarrollados, que en su afán de crecimiento no vieron la llegada de la crisis hasta que fue tarde.

En estos momentos, la banca de todos los países desarrollados, está centrada en sanear sus cuentas y aparecer como bancos suficientemente solventes a ojos de la comunidad financiera mundial, por lo que seguramente endurecerán los sistemas de financiación que ponen en manos de sus clientes, y pedirán más garantías en la devolución los capitales prestados, con la consiguiente disminución de PIB, ya que las empresas necesitan capital ajeno para continuar creciendo, pero si los intereses bancario suben en porcentajes demasiado elevados, las empresas optaran por decisiones más conservadoras de mantenerse como están sin invertir y desarrollar nuevos campos. El crecimiento económico se detendrá y todos los países sufrirán estas consecuencias.



¿Cómo hemos llegado a esta situación?

            Hasta los años sesenta y setenta, la banca española estaba en manos de familias conservadoras, y oligárquicas, ineficaz, y sumida en una burbuja industrial. Para evitar que la llegada de banca extranjera en esos momentos dominara el sector económico de nuestro país, se le dio alas a los bancos y cajas, se sustituyeron los antiguos consejos de administración, por nuevos ejecutivos economistas con ideas nuevas y capaces de asumir los riesgos de un país con ansias de libertad y de crecer, se instala la idea de que con más prestamos la situación económica es más favorable, en los ochenta el nivel de endeudamiento de toda la sociedad se situaba por encima de lo aconsejado, pero el país mantenía un nivel de consumo que favorece el PIB, y tanto políticos como banqueros ven con buenos ojos este crecimiento.

            Pero nos olvidamos de algo obvio, y es que para que te financien debemos tener capacidad económica para garantizar esa financiación. Y en medio de esta burbuja de felicidad y consumismo, llegó la crisis de la construcción, y el castillo de naipes se empieza a desmoronar, y estas pautas que se aplican a los ciudadanos que piden capital al banco, hay que pedirlo a los bancos y cajas, que deben tener capacidad para financiarse. Con la caída de los capitales de otros países EE.UU., los países de Europa empiezan a revisar su propia situación, descubriéndose casos como el de Grecia, que ha disparado su deuda pública de un modo descontrolado, que hace peligrar su situación financiera y de credibilidad económica frente a otros países. Se inicia un proceso de respaldo económico a Grecia, y se verifica la capacidad del resto de los países de la unión para financiarse. En principio, parece que España ha salvado el primer obstáculo pero ¿seremos capaces de asumir la responsabilidad de mantener nuestro nivel de crecimiento y endeudamiento conforme a las cifras que marca la unión europea?


¿Supone Basilea III, un reforzamiento de las cajas y bancos?

       En primer lugar hay que recordar que los mercados internacionales han verificado la confianza en los bancos españoles, y en la situación económica, si bien hay casos puntuales que pueden ser susceptibles de situaciones de mayor riesgo, para ello se han acordado estas medidas, puesto que la caída de una entidad bancaria, puede arrastrar a otras a la misma situación.

       Ante esta situación España ha acoplado los acuerdos de Basilea diseñando un sistema de transición dirigido especialmente a las cajas, que deberán reformar su régimen jurídico, aclarando que el caso de las cajas de ahorro en España, no ha sido un problema de liquidez de capital, sino de una gestión liberal del riesgo, es decir, que han desatendido los principios elementales de la concesión de capital, que es la prudencia en el riesgo, dejando minorado su capital, respecto al riesgo asumido. Habrá que esperar a que finalicen los plazos acordados, y ver como las cajas han resuelto su problema de búsqueda de capital.

      
CONCLUSION

Basilea III, supone una reforma importante de la regulación bancaria, además es el resultado de un acuerdo entre los principales países del G.20, y por tanto sus implicaciones tienen un alcance globalizador. Si estas medidas se llevan a cabo en los términos acordados, suponen una mejora en la calidad del capital que circula en el mercado,  mayor solvencia de las entidades financieras y un menor riesgo para los contribuyentes. Es importante tomar conciencia de que estas medidas se iran implementando de manera gradual de tal forma que el impacto en el crecimiento de IPC sea menor y evitar así, un efecto negativo de la nueva legislación. 

I. C. Posadas

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